lunes, 14 de julio de 2008

Buen comienzo

El sábado arrancó el clausura y Pechos, aún lejos de brillar, dejó la imágen de un equipo más maduro que aquel del inicio del apertura. El empate en un tanto con Dopping Positivo conformó al equipo verde, que para esta etapa del año se propuso objetivos más sencillos pero más adecuados a su realidad histórica.

A tenor del discurso que reflejaban las palabras previas del capitán debutante, marcadas por un tinte moderado, el gran objetivo de la primera fecha era comenzar el torneo sin derrotas y sumar al menos un punto. Para ello, Ramoncito contó con las manos de Huguito, encargadas de cerrar el arco al rival. El mismo Rama compartio la dupla central con Fede, mientras que los laterales estuvieron cubiertos por dos históricos: el Lady y el Oso. El puesto de volante central, sobre el cual estaban posadas todas las miradas, fue ocupado por el Pájaro, en tanto que por los carriles tuvieron que ir y venir el Negro y Tito. Finalmente, el Kily volvió a aparecer como el enganche con una delantera formada por Papucho y Peter.

No le salieron bien las cosas a Pechos en la primera parte. Tito iba, pero no volvía. El Negro perdía en velocidad y su relación con la pelota no pasaba su mejor tarde. El Kily, perdido en la cancha, se dedicaba a correr sin sentido y estaba dos marchas más abajo que el resto del ataque. Paradójicamente, el Pájaro, sobre el cual recaía la mayor cantidad de dudas, ya que tenía la dificil tarea de reemplazar al Bola y al Porni, era el único que satisfacía las expectativas de los aficionados/as, principalmente a partir de su despliegue y de su vocación para hacer jugar. Casi como un llamado de atención, promediando los primeros 40 minutos, llegó el gol de Dopping, tras un tiro esquinado que se coló por el segundo palo del Hugui. Poco después, el árbitro pitó y los jugadores fueron a descansar.
En el entretiempo apareció una de las mejores virtudes que tuvo el equipo para revertir una situación desfavorable: la tranquilidad. A partir de allí, Pechos construyó su reconquista. Rama optó por sangre jóven por las bandas y el volumen de juego del equipo creció. A la buena actuación del volante central, se sumó la levantada del Kily, que empezó a tomar más contacto con la pelota. Rápidamente, Lautaro se convirtió en un buen socio para poner la pelota en el piso y hacerla circular, mientras que Tin Morad aportó vértigo por la derecha. Con este nuevo esquema, el empate no tardó en llegar.
Sin embargo, en una cuestionable medida tomada por el incuestionable Ari, Papucho recibió una tarjeta colorada y debió dejar la cancha, masticando bronca. Por un momento, la sentencia del Juez elevó la temperatura y pareció que lo peor estaba por venir, pero nuevamente Pechos optó por la mejor decisión. Al igual que al recibir el gol en contra y del mismo modo que en el entretiempo, PCFC apeló a la tranquilidad para intentar una misión que se dificultaba cada vez más. Gilardi comenzó a fabricar faltas que permitiesen al equipo descansar y luego salir del fondo. Los minutos comenzaron a correr y el equipo se fue reordenando en la cancha, hasta retomar el control de la situación. Así, el partido se fue diluyendo y el empate fue un resultado justo, que conformó a ambos equipos.
Si bien todo equipo busca como único resultado posible la victoria, el empate tiene dejó varios aspectos positivos: en primer lugar, Pechos revirtió el trámite de un partido que se había desarrollado favorablemente, cosa que no había logrado en ningún partido del certamen anterior; por otra parte, se sumó un punto y se evitó arrancar con una derrota, con el impacto psicológico negativo que esto suele aparejar; a su vez, la conducta del equipo fue prácticamente intachable, sin reclamos desmedidos, aún frente a fallos groseramente injustos. Desde esos logros, se deberá trabajar para consolidar un equipo que arrancó el campeonato creyendo en su potencial, en contraposición con aquella formación que en el mes de marzo inició el torneo prácticamente vencida desde el minuto 0. No es poco.

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